EL ARTE DE LA PALABRA…
…Y SU TRASCENDENCIA EN EL
GUARICO.
Escrito por: Andrés Scott Peña (*)
Primera obra literaria de Daniel
Scott Gutiérrez.
“EN LOS ZARZALES DE MI
VIDA”
Analizar la obra literaria del acervo
bibliográfico del estado Guárico es una tarea esclarecedora del gran caudal de
talento, que a lo largo de la historia, fluye como remanso creador a lo largo
de toda la inmensidad del llano venezolano.
Daniel Scott Gutiérrez, hombre llano y circunspecto,
que en su mirada dejaba traslucir el agreste espíritu de un ser apasionado.
Autodidacta por naturaleza siempre fue acucioso investigador de la vida y su
circunstancia. Corona jubiloso uno de sus anhelos mas preciados de plasmar sus
ideas, vivencias, sentimientos, opiniones y recuerdos en la edición de tres
libros y un diario de circulación regional, caracterizados todos por su
rigurosidad metodológica del acopio sistemático y critico de las informaciones
de su época.
Siempre preocupado por la formación e
instrucción pública que produce la lectura, fomenta en su pueblo natal San Juan
de los Morros, esta virtud al editar,
publicar y muchas veces regalar los ejemplares de su diario de circulación
regional denominado “ARIEL”, el cual comenzó de carácter quincenal y luego
pasaría a ser un semanario. Hizo de la lectura un apostolado que le llevo a
conocer mundos fuera de su alcance terrenal. Logra a través del estudio
autodidacta, que se obtiene a través de la lectura, dominar esos demonios
internos que le atormentaban y amansar ese espíritu indómito que le
caracterizaba.
Escribe, hilvana, edita y publica tres
obras literarias como lo representan: “EN LOS ZARZALES DE MI VIDA”, obra
realizada en el año de 1926; su segundo hito literario lo titula: “DESDE MI
CAMELLO”, la cual es editada en el año de 1928 y se lo dedica a su hermano
querido Félix Manuel Scott Gutiérrez quien para la época estaba al frente de la
Comandancia de Armas del estado Apure. En su tercer evento literario escribe su
obra titulada: “SAINETE”, la cual es editada en el año de 1929 y de la cual se
comenta contenía en su desarrollo la primera obra de teatro estructurada en San Juan de los Morros. Estas
obras se consolidarían como referencias, de obligada consulta bibliográfica,
por lo atinente y pertinente de las ideas allí expuestas.
El primero de estos esfuerzos literarios
escritos por Daniel Scott Gutiérrez lleva por titulo: “EN LOS ZARZALES DE MI
VIDA”, esta primera obra editada en la Imprenta Bolívar, en el año de 1926, y
que se desarrolla a lo largo de 225 paginas, se caracteriza por contener un
profundo carácter autobiográfico, matizado por la descripción de hechos,
sucesos, eventos y personajes de la época, donde el autor expone la reciedumbre
que debe poseer un hombre para asumir, con valiente estoicismo, el diario
combate con las vicisitudes de la vida y tomarlas como elementos de aprendizaje
que tallan la personalidad humana de quien las enfrenta.
En el precitado texto se marca la
esencia de un hombre perteneciente a una
época sencilla y parca, el cual se convierte en icono dentro del espectro
bibliográfico existente en esta zona del país. El autor vuelca toda su
impresión de esta época, así como las penurias que le toco padecer en épocas
pasadas en este libro, describiendo como fue su niñez y de donde se origina su
carácter autodidacta en los avatares de la vida, destacando su obsesión por la
energía liberadora que encierra la lectura.
Allí, entre las amarillentas páginas de
este libro reproduce varias cartas de amigos suyos, grandes personajes
literarios que enaltecen la narrativa, la prosa, la poesía, en fin la
literatura contemporánea de la época. De igual manera edita en este texto
algunos editoriales de su periódico “ARIEL”, diario que contaría entre sus
colaboradores con lo más granado y
excelso de los escritores de la época y en el cual escribiría Daniel
Scott Gutiérrez bajo el seudónimo de Sagitario como su identificación
literaria.
Inicia este desarrollo literario con una
breve descripción autobiográfica con características anecdóticas que el autor
titula: “ALGO PARECIDO A MI…” (1926), donde detalla lo siguiente:
“Naci
el 13 de Abril de 1888, en San Juan de los Morros, balneario del estado Aragua
y al margen de la pampa guariqueña.
En
aquellos días mi padre se encontraba comprometido en la revolución que desde
trinidad dirigía y acaudillaba el General Joaquín Crespo, motivo por el cual se
hallaba ausente, y solo me hicieron recepción a mi llegada a la vida, Doña
Josefa Scott de Matos, mi tía y el Doctor José Rafael Briceño eminente medico
amigo de mi madre” (Pág. 5)
El estilo de su desarrollo literario es
fino sin perder la recia sinceridad de quien habla con la verdad que brinda la
experiencia de vida. Le dedica esta obra de la literatura del acervo bibliográfico de San Juan de los
Morros en primer lugar al Presidente de la República en aquel entonces, General Juan Vicente Gómez, a
quien le escribe: “AL GENERAL JUAN
VICENTE GOMEZ, JEFE DEL ESTADO DE LA NACION VENEZOLANA; dedica esta publicación
con su enérgica gratitud, el mas humilde de sus amigos, D. R. SCOTT,
Sagitario”.
En segundo lugar le dedica unas palabras
afectuosas al General Cirilo Matos, a quien le prodiga lo siguiente: “AL GENERAL CIRILO MATOS, prócer de la
federación venezolana, mi tío político y padre adoptivo, dedico estas zarzas de
mi vida, como un recuerdo a su memoria. De corazón… D. R. SCOTT, Sagitario”
Finalmente lo dedica a todas aquellas
personas que se convierten en arquitectos de su propio destino, quienes con sus
acciones y decisiones construyen de sus vidas palacios de admiración o
calabozos de perdición, a quienes le escribe: “al hijo del esfuerzo propio, al artesano de si mismo, y a todo aquel
que haya sentido bajo alguna forma la brasa candente de la vida. A esos también
dedico este libro. Sinceramente, D. R. SCOTT, Sagitario”.
De inmediato destaca una sección, la
cual titula: “A MANERA DE PROLOGO…”, donde escribe: “De mis días en la redacción de Ariel, periódico aragüeño que circulo
en aquel estado desde el 5 de Febrero de 1922 hasta el 6 de julio de 1923”.
En este apartado del texto coloca lo que el autor denomina “VOCES DEL APLAUSO”,
las cuales son una serie de misivas giradas desde diversos puntos de la amplia
geografía venezolana por autores relevantes de la época saludando la iniciativa
periodística emprendida por Daniel Scott Gutiérrez. Entre los mas destacados
podemos nombrar a Don Simón Barceló, Don Lisandro Alvarado, expresiones de
simpatía del poeta de América: don José Santos Chocano, Sergio Medina, Rafael
Briceño Ortega, Alfredo Pacheco Miranda y de Carlos Medina Chirinos, quien era
para la época editor del Diario el Siglo de Maracaibo.
En este aparte del libro se edita y
publica la relación epistolar con grandes personajes de las letras nacionales
como lo representa, entre otros, Don Lisandro Alvarado, a quien le unía una
particular relación de amistad y respeto por su estatura literaria en el ámbito
de las letras nacionales. Considero pertinente colocar la transcripción de tal
misiva a manera de ilustrar el trato deferencial que se prodigaban ambos
escritores y amigos.
Caracas,
Enero 6 de 1920
Sr.
Daniel R. Scott G.
Villa
de Cura
Mí querido Amigo:
Tengo
el placer de escribir estas líneas para saludar a usted, y así contestar su
felicitación de año nuevo, por que veo
que usted no se olvida de su viejo amigo, ya que en Zaraza recibí, el año
pasado, o el antepasado otra felicitación de usted.
Sabía
yo por informes del Dr. Marín, que no le había ido mal a usted últimamente
después que fueron removidos los obstáculos que usted sabe de que yo me alegre
bastante, pues ya sabe usted que yo participo de la mala voluntad de ciertos
sujetos de por ahí. Del Dr. Marín recibí el libro que publico en puerto rico.
En Tucupido me había leído algunos fragmentos a fines de 1918.
Sírvase
presentar mis respetos y congratulaciones a su muy estimable familia y a doña
Josefa y mande como guste a
Su
affmo. Amigo,
L. Alvarado
En la primera parte del libro se
destacan los editoriales mas importantes que se editaron y publicaron en el
periódico ”ARIEL”, donde destacan los eventos políticos, militares,
sociales y económicos que eran noticia en San Juan para la época.
Su segunda parte del libro la denomina
el autor: “CONDORES”, donde enaltece la obra literaria y humana de muchos
personajes de la época y su circunstancia. En este segundo capitulo desarrolla
palabras hacia Doctor y General Rafael González Pacheco, al General Baltasar Vallenilla
Lanz, Doctor Filiberto Rodríguez, Doctor Agustín Vallenilla Lanz, Doctor Andrés
Arcia, Carlos Medina Chirinos, Ismael Urdaneta, así como a Guillermo Lavado
Isaya.
Su tercer capitulo se lo dedica a los
escritores y poetas de Aragua, personajes allegados a su quehacer cotidiano con
quienes compartió la excelsa cofradía de quien entiende la belleza de las
letras y su prosa. En este aparte del texto “EN LOS ZARZALES DE MI VIDA” les
rinde homenaje, a través de sus palabras, a escritores de la talla de Manuel
Morales Carabaño, Sergio Medina, Andrés Pacheco Miranda, Rafael Briceño Ortega,
Alfredo Pacheco Miranda, Carlos Blank y Miguel Villasana.
La cuarta parte de su libro la titula: “AL
MARGEN DE UN CAUDILLO”. Allí, Don Daniel Scott Gutiérrez esboza tres documentos. El primero de ellos un
articulo que edito en su periódico “ARIEL” a finales de Diciembre de 1922
titulado: “LA ALAMEDA CRESPO”. Y dos cartas dirigidas a Sagitario y escrita la
primera por L. González Arteche escrita en Caracas en el año de 1922 y la
segunda misiva escrita por R. Jiménez Valero, escrita en Caracas y fechada un
28 de Diciembre de 1922, donde resaltan su opinión favorable por la edición de
este articulo titulado: “LA ALAMEDA CRESPO”.
En el quinto capitulo del libro “SELVAS
DE AMERICA, CRUZA UN JAGUAR, CANTA UN MORICHE” donde resalta la visita,
para aquel entonces del escritor y poeta José santos Chocano, así como una
anécdota del general Vincencio Pérez Soto. Así como también unas palabras de
elogio para el escritor Alfredo Arvelo La Riva.
Don Daniel Scott Gutiérrez destaca por
su titulo: “LIRIOS DE MIS SABANAS”, al cual denomino como su sexto capitulo.
Allí dibuja, con palabras, su querencia por la tierra que lo vio nacer y su
apego por las vivencias que la cotidianidad le otorgaba en una apacible
provincia del interior de la república. En este aparte le dedica un escrito a
su madre, titulado: “ESPINAS DEL SENDERO”; así como dos escritos de corte romántico
y sentimental titulados: “LA VI PASAR” y la “SENDA
DE LOS MALABARES”, el primero de los cuales fue escrito en la Plaza
Miranda de villa de Cura y fechado un día cualquiera del mes de Abril de 1924 y
el segundo escrito en su hato denominado “EL MAJOMO” fechado en el año de
1923.
“DE LA GRUTA DE MIS CURIOSIDADES”
será el titulo del séptimo capitulo del libro titulado: “EN LOS ZARZALES DE MI
VIDA”, donde el autor impregna al lector con la brisa fresca y jovial de los
asuntos que interesaban a un joven de provincia en los albores del siglo XX,
específicamente en la década de los años veinte.
El octavo capitulo, donde desarrolla tres escritos, lo
titularía: “CIPRESES”. En este capitulo desarrolla tres documentos el
primero una apología de la vida y obra de tres ilustres ciudadanos fallecidos
en aquel entonces, que dejaron huella en la actualidad venezolana de aquella
época. El primero de los escritos es referente al Doctor Anselmo Cerro, facultativo ilustre de
la Ciudad de la Victoria; la segunda dedicada a Doña Alejandrina Vásquez,
honorable escritora aragüeña, quien colaboro en forma activa y decidida en la
edición por mas de dos años del periódico “ARIEL”, y de quien diría: “Fue Alejandrina una poetisa que supo cantar
a la belleza en verso alado, que idealizo su vida y cultivo su espíritu con el
don exquisito de la cultura intelectual. (Pág. 193)
Finalmente palabras de recuerdo al
recién fallecido Pancho Pepe Croquer el cual escribió en la ciudad de los
Teques a principios del mes de Junio de 1925. En la parte final de su escrito
Daniel Scott Gutiérrez (1926) reflexiona lo siguiente: “¿Que flores colocare sobre su tumba?. Las rosas rojas me parecen
demasiado alegres para ser mensajeras de mi dolor, flores silvestres colocare
sobre ella, sencillas como el fue, recogidas en las ásperas colinas de mi
aldea” (Pág. 197)
“BAJO LOS PINOS” seria el titulo del
noveno y ultimo capitulo de esta interesante obra que recoge el sentir de quien
desarrolla el amor por lo autóctono y desmenuza con ávida intención la
literatura de aquella época subsumiendo en si mismo el dulce néctar del saber
que se desprende de la obra literaria venezolana de aquel entonces.
Finalmente escribió el “EPILOGO”,
ultima parte del libro donde Daniel Scott Gutiérrez avanza a la carga de la
vida y coloca un análisis crítico de Juan José Chourion a su vida. Considero
Prudente transcribir en este artículo una carta que remitiera el poeta y
escritor Sergio Medina el 24 de Enero de 1927, en la cual destaca la grata
impresión que le causara la edición de esta obra literaria adelantada para su
época.
Maracay,
24 de enero de 1927
Señor Daniel R. Scott Gutiérrez.
Mí
querido Daniel:
Oportunamente
recibí y leí con mucho gusto, tu libro “En los Zarzales de mi vida”.
Maravilloso título. Si mal no recuerdo, fue Gómez carrillo quien dijo que hasta
para escribir un título había que tener talento. De modo que tú deducirás las
consecuencias. Dejo así manifestado que lo tienes; y si esta es la primera
condición de un escritor, superabunda cualquier otro elogio de tu libro.
Lo
que sí quiero es excusarme contigo por la dilación de estas letras
congratulatorias. Yo te debía no solo un simple aviso de recibo, sino amplios y
leales parabienes. Gratitud a los nobles conceptos que me consagras y justicia
de camaradas y orgullo lírico de conterráneo, saludaron con repiques de gloria
la aparición de tu libro; pero el vuelo de las campanas laudatorias era como el
esas blancas y soledosas torres de las aldeas, que se ahoga en el corazón de la
montaña próxima o en las paz verde y humilde de la campiña alucinada…. Afanes
de mi vida, traficadas en estos últimos tiempos de brutales imperativos
categóricos (Pegaso holgando a su capricho y Musageta olvidada la flauta en el
barbecho), nunca propiciáronme la hora
de formular el homenaje. Disimula pues, al compañero que sabe mejor sentir que
hablar, pero cuida con esmero el pulcro jardín de sus admiraciones.
Ahora
he visto tu periódico “Patria Nueva”.
Muy bien; hay que estar siempre en línea de combate. Las ideas son como
legionarios y hay que mantenerlas de facción. Igual que César adiestrando en las Galias a las futuras
águilas de la Roma imperial. Ya te visto reclamando para Cecilio Acosta un broche
o la aureola de su nombre resplandeciente para una plaza del gallardo
ventisquero que inmortalizó a flechazos el coraje de Guaicaipuro. ¡Bravo! Hay
echar siempre sobre el encrespado oleaje de las multitudes la “Santa María” o
“La Pinta” del ideal conquistador.
Con
mi ferviente aprecio de antaño, me tienes aquí aplaudiéndote y deseando para tu
nombre, ya libre por fortuna de la oprobiosa anonimia, relieves cada vez más
broncíneos.
Tu
affmo amigo.
Sergio Medina.
De igual manera sentí la ineludible obligación
de transcribir la respuesta, fechada el 1 de Febrero del año de 1927, a la
anterior misiva y la defensa que de una forma directa, sencilla pero
contundente Daniel Scott Gutiérrez dirige a su amigo de las lides literarias y
cotertulio de mil conversaciones sobre la inquietante prosapia de la cual nos confiere este rescoldo de humanidad
llamado vida.
Los
Teques 1º de febrero de1927.
Señor Sergio Medina
Maracay
Querido
Poeta:
Cuatro
años hacia que no recibía letra tuya;
Hoy
he recibido tu carta en que me hablas de mi libro que publique el año pasado, titulado “En los
Zarzales de mi vida”, el que también con mucho placer te envié dedicándote con
justicia en el una página.
Me
dices que solo su nombre arrastra talento; ojalá sea así…. Y que Góme4z Carrillo
señala que hasta para poner un título hay que tener talento, os diré: “La
cotorra de Guatemala”, como lo llama el autor de “Ibis”, no es santo de mi
adoración, me gustan los escritores masculinos, Montalvo, Ugarte, Ballenilla
Lanz, mentalidades fuertes y de combatividad, que encajan en el espíritu
bloques de granito y no visten a uno como lo hace la “La cotorra”, de faldas
japonesas o de tusor de seda.
Si
tus palabras no mienten ¿cómo estaré yo de orgulloso con ese juicio tuyo?
Por
que no hay mejor atributo para luchar en la vida, que la fuerza
avasalladora del talento, llamada por
Pelletán “Dominadora del Mundo”.
Escogí
para mi libro ese título, no para manifestar talento, sino por se el que venía
más en línea recta con los acontecimientos trágicos que desde niño me rodearon,
por la dureza de mi destino, que en cada curva de mi sendero se me arma como un Hércules, en cuyos brazos no he visto
nunca alzada la rama de oliva, sino el tizón encendido que me quema……..
Zarzales,
como tu sabes, significa “matorral espinoso que nace en lugares pantanosos”; y
muchas veces poeta, he marchado sobre el fuego y me han herido las espinas del
pantano.
No
creo en los talentos inéditos, talento es movilidad mental, percepción nervio
espiritual.
Amado
Nervo, místico y franciscano, cargado de
fe y de creencia, dudaba de esa especie de talento.
El
verdadero talento no puede estar oculto, es como un buen brillante, presto
siempre a la luz y luminoso cada vez más en las tinieblas.
Muchas
veces se significaron una ingenuidad infantil, siendo un ejemplo el pastor de
cabras Magnes, cuando en persecución de
una cabra huida en el monte Ida, sintió que la suela de los zapatos era atraída
por una fuerza misteriosa, descubriendo el sencillo pastor el poder del imán,
con la semilla que germinaba en su cerebro de talento auténtico.
Formado
en una selva, bajo el trabajo rudo, sin ser Magnes, siempre frente a la vida,
comulgando íntimamente con la naturaleza, que es noblemente impúdica, como dijo
el poeta, aprendió en ella mi espíritu a sincerarse a ser puro y claro como el
agua de las cascadas aragüeñas.
La
contemplación desde mi infancia de los Morros de mi tierra, que son el penacho
encrespado de la llanura, que bajo las noches claras y azules sirven de ventana
a la corte luminosa de “Orion” dieron también a mi espíritu lecciones de
belleza y de amor a los poetas.
En
aquella época, por la gentileza de un amigo vino a mis manos “El cojo
ilustrado” y como lo digo en mi libro, vi en él tu retrato, retrato de los
veinte años, leí por primera vez tus versos y no obstante decir la malevolencia
literaria, que tu pareja de fox-trot en aquellos día era Juan Ramón Jiménez,
gusté de titubear de ellos, y surgió en mi mente la idea de conocerte. En
aquella Aragua de entonces, tu nombre también empezaba por fortuna a librarse
ya de la oprobiosa anonimia, y corría a carrera tendida por los salones del “Club Victoria” ,
atravesando los bailes de “Llora” del Parque “campo Elías”, llegando hasta las
veladas rurales de mi pueblo , en donde
se recitaban con orgullo regional tus versos.
La
pobreza digna en que me encontraba, y el afecto que sentía por el
horizonte de mis sabanas, me privaron
de conocerte en aquel tiempo de tus primeros triunfos literarios, donde
caminaste a largos pasos hacia la cumbre
de la literatura nacional.
Dispensa algún desliz en esta carta que pueda
herir tu susceptibilidad, porque estos son todavía resabios que le quedan a tu
amigo, de la selva.
Tu
amigo que siempre te ha apreciado.
D. R. Scott Gutiérrez
Esta obra arrojara al viento un collage
de ideas que tejidas en la urdimbre del conocimiento espontanea pretenden
explicar el gran aprendizaje que emanan de los sinsabores de la vida. De cómo
al hombre de bien todas las cosas le son para bien y del hecho claro y cierto
de que quien quiere surgir hasta con los recursos mas limitados construye una
vida basada en la dignidad y el amor por la sabiduría.
Un legado final de este libro es
imposible de determinar a ciencia cierta pues su esencia esta tan diseminada en
el complejo pensamiento del autor que se desvanece y se transfigura a cada
instante en una multiplicidad de detalles que aun hoy se suceden con la
anuencia cíclica que concede la historia.
(*)Profesor Ordinario, Escalafón Agregado, Área Ciencias
Económicas UNERG
Miembro Asociación Regional de Cronistas del Estado Guárico- ARCEG
Por el libro de Daniel sabía de estos Zarzales, por no de los otros dos.
ResponderEliminarInformación valiosa